sábado, 12 de junio de 2010

Desembarco en la profesión (12)

Nuestro protagonista de hoy es un veterano, José María Esteban, hasta hace unos meses director de La Verdad de Murcia y antes de La Rioja.


Esta es la historia... de “niño” a “tiranosaurio”

¡Qué cercanos en mi memoria aquellos 19 años cuando en un tren bastante parecido a la expresión "burra" recorrí la distancia que separaba (digo separaba, porque ahora con las comunicaciones está más cerca) Pamplona de Santiago de Compostela!. Mi destino: las prácticas en la Agencia EFE que me habían gestionado desde el entonces Instituto de Periodismo. Hubiera podido gestionar la mili fraccionada, IPS se llamaba entonces, pero preferí la aventura periodística y personal de pasar tres meses lejos de las enseñanzas teóricas y de la vida familiar.

Cara de niño debería de tener, porque los veteranos de la Agencia así me llamaban; una Agencia, en la calle Rodrigo del Padrón, a la izquierda la Policía Armada (entonces y ahora estaba armada, pero entonces la "a" se escribía "A") y enfrente la Guardia Civil. Digo yo que mi afición por los sucesos vendría motivada por el osmótico contagio compostelano; o quizá no, porque no puede ser que tres meses me hubieran dejado tanto poso, inocente como era entonces.

No recuerdo muy bien cómo fue mi segundo día, pero el primero supuso una inyección de responsabilidad que he intentado no desinocularme durante toda mi vida. El 6 de julio me entró la morriña (lógico, cuando encima estaba en tierras gallegas) y me acordaba de los Sanfermines de mi ciudad. Y luego un día y otro sin poder "ver" más que las crónicas del encierro (no había TVE Navarra, que luego 11 años más tarde yo mismo colaboraría a su nacimiento).

Y las bromas de mis compañeros: "Apunta, Niño. Accidente en el puerto de La Coruña. Cerca de 300 muertos de un ferry. Sus nombres..." y cuando torpemente llevaba cinco con imposibles pronunciaciones, ¡quién sabe de qué extraños países podían ser quienes así se llamaban!, las risas me despertaron del ensueño en forma de tragedia.

Fueron tres meses intensos, de una cierta soledad, que reforzó (estoy seguro) el sentimiento de esfuerzo que requiere nuestra profesión. En el retorno, una anécdota rompió el encanto de mi vida estudiantil, trabajadora sí, pero sin esa responsabilidad del oficio. Volví en avión (mi primer viaje, fruto del ahorro de las 7.000 pesetas que mensualmente me pagaban) de Santiago a Bilbao y en el aeropuerto me esperaban unos primos míos que, al poco de los abrazos, comentaron el último disco de Tirex. Así me sonó...y no supe traducirlo, ni siquiera tararear las primeras notas de su canción de éxito, cuando me enteré que era un conjunto musical y que correspondía al grupo estadounidense Tiranosauius Rex, un bicho grande que vivió en América 50 millones de años después que los Dinosaurios de la Ibérica española.

En ese momento, y muchas veces después lo he recordado, me di cuenta de que esos tres meses pasados en Galicia, en mi primer trabajo periodístico, habían supuesto para mi formación lo que los 50 millones de años para el saurio "tirex". Menos mal que la Universidad me acogió nuevamente en su seno y que maestros como José Javier Uranga y Julio Martínez Torres, director y redactor jefe entonces, curso 70-71, de Diario de Navarra, me reflotaron y supieron sembrar en mí la semilla que siempre me ha acompañado en mi vida profesional.

Y de aquellos "50 millones años" de profesión que supusieron los tres meses santiagueños y del buen hacer de mis primeros y mejores maestros navarros, aprendí que la ética no tenía divisiones, que la personal debía caminar al unísono con la profesional y que la coherencia es el mejor antídoto para las arrugas... del cuerpo y del espíritu.

¡Qué cercanos y qué lejanos aquellos 19 años!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado José María Esteban:
le escribe un blogger de LAVERDAD de Murcia, armstrong freelance. He encontrado este post dentro de las cuentas de otros blogs en Blogger y Google, el caso es que ví su fotografía y la cabecera de LABUENAPRENSA y me dije que tenía que leerlo. Aquí estoy dejándole este mensaje a usted y comprobando sorprendidísimo que usted y yo hemos seguido lugares y destinos contrapuestos. Usted ha salido de Navarra y valoraba su corta estancia en Galicia y este ha salido de Galicia/Australia y valora un año de estancia en Pamplona como si hubieran sido muchos años de profesionalidad y excelente preparación en un grupo americano de alto nivel.
Compartimos, aunque usted tal vez no lo sepa, amistad con una compañera suya muy popular-popularísima de uno de los periódicos más leídos hoy en nuestro país.
No sabría cómo dejarle un mensaje privado y confesarle quién soy y de quién le estoy hablando.
Como siempre, con respeto, un abrazo
armstrongfl

La Rueda dijo...

Chemaaaa!!!!!
Qué gusto leerte y más todavía haber compartido contigo una parte del camino cuando eras el corresponsal de aquella empresa "seria y solvente" -decías bromeando-en la que luego te sucedí.
Un beso enorme
La Rueda

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